Una redada policial en una pelea de gallos clandestina fue clave para que los agentes de la Sección de Estupefacientes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) lograran confirmar la labor que cumplía una funcionaria judicial dentro de una estructura narco desarticulada este miércoles en Aserrí, como parte del Caso Barber.
La mujer de apellido Valverde era seguida por los investigadores desde meses antes y se tenía establecida su función en el grupo; sin embargo, esa incursión fue vital para conocer su relación con varios de los miembros del clan narco que operaba en La Fila de Aserrí y Acosta.
“En estas peleas de gallos cuando llega la policía todo mundo sale corriendo y dejan cosas tiradas, ese día los compañeros ubicaron documentación de la funcionaria tirada entre las cosas que dejaron botadas las personas que abandonaron el lugar, pero previamente ya se había documentado su presencia en esa actividad y otras anteriores”, explicó Michael Soto, subdirector del OIJ.
La mujer era pareja de un hombre de apellido Chaves, a quien la policía identificó como el sublíder del clan y dueño de varios negocios que utilizaban para lavar el dinero que obtenían como ganancias en la venta de drogas.
Precisamente era ella quien los asesoraba para poder legitimar capitales en locales como barberías, préstamos gota a gota, peleas de gallos y tiendas.
“Además de asesorarlos con los locales, les ayudaba a movilizar el dinero sin que fueran detectados, gracias a su experiencia adquirida en estos casos por su labor en distintos despachos judiciales“, indicó Soto.
Actualmente, se desempeñaba como técnica judicial en el Juzgado de Cobro del I Circuito Judicial de San José; sin embargo, había laborado en varias fiscalías como la de Fraudes, donde pudo obtener mayor conocimiento de movidas de grupos criminales.
“Ellos se sentían acuerpados con la asesoría de esta mujer”, dijo el subjefe del OIJ.
Por este caso se detuvo a 21 personas este miércoles, entre los que figuran 4 oficiales de la Fuerza Pública.
Líder conocido
El presunto líder de la organización es un hombre conocido como “El Renco” y apellido Ramírez, quien desde hace más de 15 años ya estaba en el ojo de las autoridades, pues figuró como uno de los peones más cercanos a Marco Antonio Zamora Solórzano, alias “El Indio”, uno de los criminales más sangrientos de los últimos años en el país.
El hombre había salido de prisión hace aproximadamente un año y desde que recobró su libertad se sumergió nuevamente en el ilícito negocio de las drogas.
“Ampliamente conocido por nosotros, desde su etapa como peón de “El Indio” hace aproximadamente 12 años y por lo cual fue condenado, anteriormente también tuvo otras condenas por situaciones ligadas a delitos similares. Actualmente podemos decir que es un sujeto violento, con un perfil de liderazgo dentro de la organización debido a que es una persona ya adulta con experiencia y el resto del grupo son personas muy jóvenes”, explicó Michael Soto, subdirector del OIJ.
Una vez que purgó su condena, Ramírez se afincó en la zona alta de Aserrí para establecer un nuevo negocio, apoyado de una amplia red en la cual reclutó a 4 oficiales de la Fuerza Pública y una técnica judicial.
Fotos cortesía OIJ
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Carlos Castro